Pensé que estaba listo.
Seis meses estudiando a diario con Duolingo.
Entendía textos sencillos y videos para principiantes.
No me creía un experto, pero pensé que sabía lo suficiente para tener una conversación sencilla en inglés.
Y me equivoqué 😀
—Hello! Nice to meeeet you? Wheeeere… is… are… you… ?
Ese fue mi primer intento de hablar con alguien en inglés.
Y no salió muy bien que digamos.
Ese día entendí que estudiar y practicar son dos cosas diferentes.
Estudiando aprendes vocabulario y reglas gramaticales.
Practicando aprendes a usar todo eso en una conversación.
Y la mayoría de la gente estudia, pero en realidad pocos se ponen a practicar.
Y lo entiendo.
Practicar da un poco de miedo.
No quieres equivocarte.
No quieres que te juzguen.
No quieres quedarte en blanco.
Pero, ¿sabes qué?
No es tan malo como parece.
Luego de mi primer intento de conversación en inglés empecé a ir a un grupo de intercambio de idiomas.
Nos reuníamos en un bar.
Turistas que estaban de paso por Quito y gente que vive en la ciudad.
Ellos practicaban su español y nosotros practicábamos inglés.
Y aunque al principio no pasaba del “Hello, how are you”, poco a poco fui mejorando, y en unos meses ya podía tener conversaciones sencillas.
Hablaba con errores, no te voy a ocultar eso, pero la gente me entendía, y eso me dio ánimos para seguir aprendiendo, seguir practicando y seguir mejorando.
Y no necesitas hablar un inglés perfecto desde el principio.
Eso no es posible.
Debes empezar con lo mucho o poco que sepas, cometiendo errores, y a partir de ahí seguir mejorando.