Esta semana le enseñé a un grupo de niños a jugar Black Jack.
Nada de apuestas ni cosas raras. Solo estábamos practicando los números en inglés en el centro comunitario.
Si no lo has jugado, te lo explico:
- Se entregan dos cartas a cada jugador
- El objetivo es sumar cartas hasta obtener 21
- Puedes pedir más cartas, las que quieras, para intentar llegar a ese número.
La única variación para los niños fue que, al presentar sus cartas, tenían que hacerlo de una en una, sumándolas y pronunciando los números en inglés en voz alta.
Déjame decirte que les encantó.
Rogaron, literalmente rogaron, por una partida más al final de la clase.
Pero también les costó un poco.
Para algunos estudiantes, niños y adultos, es complicado pronunciar correctamente “three”, “thirteen” y “thirty”.
Y aprovechamos la clase para pulir esos detalles.
Estoy seguro de que la próxima semana pedirán jugar otra vez, con lo que no tengo problema, pero el requisito será que pronuncien correctamente esos números.
Y te cuento todo esto para recordarte que el inglés no necesariamente se debe estudiar de manera formal.
A veces ayuda, sí, pero buscar formas de incorporarlo en tu vida cotidiana, como en un juego de cartas, lo hace más interesante e igual de efectivo.
Y es lo que hacemos en las clases online que ofrecemos.
No jugamos Black Jack (aunque debería buscar una forma de hacerlo), sino que usamos material en diferentes contextos:
- Hablamos de la familia para trabajar el presente
- Hablamos de cumpleaños para trabajar el pasado
- Hablamos de emprendedores para hablar del futuro
De esa forma mantenemos las cosas interesantes mientras vas aprendiendo.
Si quieres aprender con clases que no se sientan como clases, puedes aprender con nosotros.
Clases uno a uno con profes bilingües.